Este año, como en otros puntos de celebración, la festividad mariana de Itacuä de Encarnación, se desarrolló en forma atípica y con una reducida participación de fieles. Al tiempo de observar y agradecer a la feligresía católica mariana, porque se haya ausentado del santuario, consecuencia de la pandemia de la COVID19, el obispo de la Dieseis de Encarnación, monseñor Francisco Javier Pistilli, hizo referencia al tenor de su homilía de la misa central.

El santuario en el cual convergen fe y naturaleza, y que en años anteriores, recibía facilmente a unos 10 mil fieles en la celebración central, se vio vacío, a tal punto, que de un espacio reservado para 100 personas, solamente se agendaron y participaron de la misa central, tan solo 78 fieles. Sin embargo, quienes concurrieron, mostraron su contento, por estar presentes en la tradicional festividad.

La gruta en la cual se encuentra la imagen de la Virgen María de la Inmaculada Concepción de Itacuä, que se encuentra a la orilla del majestuoso río Paraná, también estuvo prácticamente vacía. Tras culminar la misa central, la imagen de la Virgen, fue llevada en procesión automovilística por las calles de la capital de Itapúa, para que quienes estuvieron ausentes en la festividad, puedan contemplarla y venerarla al pasar.

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